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Tratamiento de la obesidad y la diabetes mellitus 2 con Metformina

En este artículo abordamos la obesidad y la diabetes mellitus 2 asociada, describiendo los criterios de la enfermedad, los síntomas y las complicaciones asociadas a la obesidad, así como las formas de perder peso en casa.

Adelgazar con metformina

En primer lugar, tenga en cuenta que este artículo es meramente informativo y no constituye un diagnóstico médico. Si tiene alguna duda que requiera intervención médica, consulte a su médico.

¿Qué es la obesidad y qué complicaciones puede conllevar?

La obesidad y el sobrepeso figuran entre las enfermedades crónicas más frecuentes en Europa.

Se caracteriza por depósitos excesivos de grasa en la zona lumbar (tipo abdominal), alrededor de los órganos e incluso en los órganos.

La patología suele producirse cuando se suministra al organismo más energía de la que necesita para una actividad normal. También hay una forma genética de la obesidad y la obesidad asociada con el desequilibrio hormonal y otros problemas.

La afección va acompañada de una violación de todos los tipos de metabolismo, trastornos psicoemocionales y sexuales. Hay un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades de las articulaciones y la columna vertebral, diabetes mellitus, cáncer y otras enfermedades.

El tratamiento de la obesidad requiere un seguimiento constante por parte del paciente y del médico, una corrección máxima del estilo de vida y, sobre todo, de la dieta.

Según estudios clínicos de la Asociación Española de Nutrición Saludable y Metabolismo, el depósito excesivo de grasa suele asociarse a un complejo de trastornos metabólicos, entre los que se incluyen la resistencia a la insulina, la hiperinsulinemia y los niveles elevados de colesterol.

Actividad física para adelgazar

Se ha demostrado que la combinación de estos trastornos conduce al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus de tipo 2 y aumento de la mortalidad en pacientes a partir de la mediana edad.

La combinación de trastornos metabólicos en pacientes con obesidad es asintomática durante mucho tiempo, y los afectados sólo buscan ayuda médica cuando aparecen complicaciones pronunciadas de aterosclerosis.

Esto suele ocurrir cuando la tolerancia a la glucosa está alterada o existe una diabetes mellitus directa pronunciada.

Estos factores agravan considerablemente el curso de la enfermedad, por lo que la identificación selectiva de los pacientes con obesidad y alto riesgo de aterosclerosis para un tratamiento preventivo precoz reduce significativamente la morbilidad cardiaca y contribuye a mejorar la calidad y la duración de la vida.

Signos de obesidad

Que una persona tenga sobrepeso no significa necesariamente que sea obesa. Es posible tener sobrepeso.

El sobrepeso puede considerarse un precursor de la obesidad y conlleva un menor riesgo de desarrollar complicaciones. La obesidad, en cambio, es una afección más grave que tiene más probabilidades de acarrear consecuencias negativas y puede afectar a la actividad de una persona.

En los adultos, la obesidad se clasifica mediante el IMC (índice de masa corporal).

Este coeficiente representa el peso en kilogramos en relación con la altura en metros al cuadrado. El resultado permite evaluar el grado de patología y calcular los posibles riesgos. Los mismos criterios son también decisivos para la elección de las tácticas de tratamiento.

Indicador de IMC Grado de obesidad
Inferior a 25 Peso dentro de la normalidad
25-30 Exceso de peso corporal
30-35 2 grado
40-45 4 grado
46 y más Grado de plenitud extrema

El signo más importante de la obesidad es la plenitud y el exceso de peso. Ya en las primeras fases hay cambios claros en el aspecto, aparece una segunda barbilla, el vientre se agranda y los muslos se llenan más.

Además, los pacientes notan la aparición de síntomas como:

  • Dolor en las articulaciones y la columna vertebral
  • Aumento de la sudoración
  • Dificultad para respirar con poco esfuerzo físico
  • Estreñimiento
  • Edema
  • Debilidad general
  • Irritabilidad y nerviosismo

Si la patología pasa a una fase de desatención, se producen trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, los pulmones y los órganos internos. Aumenta el riesgo de desarrollar diversas complicaciones, incluidos infartos mortales y accidentes cerebrovasculares.

El estrés excesivo conduce al desarrollo de enfermedades de las articulaciones y la columna vertebral. El aumento de la tensión arterial conduce al desarrollo de enfermedades cardiológicas. En las mujeres, esta afección puede provocar trastornos menstruales, amenorrea e infertilidad.

Causas de la obesidad

La base de la obesidad es un desequilibrio entre el contenido calórico de los alimentos consumidos y las necesidades calóricas del organismo, que hace que las calorías no utilizadas se almacenen en depósitos de grasa.

El desarrollo de este desequilibrio y su elevada prevalencia se atribuyen a la disminución de la actividad física, la urbanización y la disponibilidad de alimentos hipercalóricos.

También están expuestas las personas que sufren estrés con frecuencia.

Pero incluso con una dieta adecuada y suficiente actividad física, hay muchas razones que conducen a la obesidad:

  1. Comer en exceso. El consumo excesivo de alimentos se ve favorecido por su disponibilidad, su sabor y el descontrol de los horarios. Además, comer en exceso puede ser consecuencia del estrés: la gente quiere “comerse” los sentimientos desagradables. La composición de los alimentos también es importante. Si contiene una gran cantidad de hidratos de carbono simples, la probabilidad de padecer obesidad es mayor.
  2. Un estilo de vida sedentario. La tecnología moderna, la conducción de vehículos y algunas profesiones contribuyen a un estilo de vida sedentario. Esto significa que la energía suministrada no tiene tiempo de ser utilizada, lo que conduce a la acumulación de grasa. Además, el aumento gradual de peso puede disminuir el deseo de llevar un estilo de vida activo, lo que no hace sino agravar la situación.
  3. La herencia. La predisposición genética también influye en el aumento de peso. Si los padres son obesos, el niño tiene un mayor riesgo de padecer esta enfermedad. Al mismo tiempo, la herencia no es el factor más importante. Como demuestran los estudios, es al estilo de vida al que hay que prestar especial atención.

Las principales causas del desarrollo de la obesidad primaria son los malos hábitos alimentarios, la alimentación descontrolada, el consumo de productos nocivos de baja calidad y la escasa actividad física del paciente.

Además, los trastornos hormonales del organismo pueden ser la causa de la obesidad. En este caso, es necesario no sólo perder peso mediante el ejercicio y una nutrición adecuada, sino sobre todo superar la enfermedad asociada.

Tratamiento de la obesidad: ¿cómo adelgazar en casa?

En el tratamiento de la obesidad se prefieren sobre todo los métodos conservadores. Su objetivo es evitar un mayor aumento de peso y reducir gradualmente el peso corporal actual.

La pérdida de peso es lenta y los principales esfuerzos se dirigen a reducir el 10-17% del peso corporal actual en un plazo de 4-5 meses.

Éstas son las técnicas básicas que puede utilizar en casa:

  1. Modificación del estilo de vida. La actividad física tiene un efecto positivo en la dinámica del equilibrio energético, por lo que se puede recomendar al paciente la natación o el ciclismo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una persona que ha ganado mucho peso no tiene la posibilidad de practicar deportes intensivos, por lo que los médicos prescriben ejercicios especiales. Es importante observar la regularidad de la actividad física y no empezar con ejercicios complejos, sino con los más adecuados para la preparación actual. A medida que se adelgaza, se puede aumentar la intensidad del entrenamiento. La pérdida de peso con ayuda del ejercicio debe realizarse bajo supervisión médica para controlar el rendimiento físico y el estado emocional del paciente.
  2. Dietoterapia. Ni siquiera el ejercicio regular puede dar resultados tangibles sin una dieta adecuada. Para reducir el peso corporal, se prescribe a los pacientes una dieta equilibrada y baja en calorías. En este caso, no se recomienda una dieta de hambre, ya que somete al organismo a estrés: La absorción de nutrientes se vuelve más difícil, es posible que se produzca deshidratación, desequilibrios hormonales y trastornos metabólicos. A continuación encontrará más información sobre los detalles de la dieta.
  3. Tratamiento con medicación. Al paciente se le prescribe medicación para ayudarle a reducir su peso corporal. La medicación se utiliza cuando otros métodos no han dado resultados tangibles, así como en casos de obesidad grave con al menos una complicación.

Todos los medicamentos para adelgazar deben ser recetados únicamente por el médico tratante.

¿Cómo ayuda la metformina a combatir la obesidad?

La obesidad en los diabéticos aumenta la resistencia a la insulina y la hiperglucemia, por lo que el tratamiento de la diabetes incluye como parte integrante de la recomendación ayudar al paciente a perder peso.

Los medicamentos hipoglucemiantes se utilizan para estabilizar o, en el mejor de los casos, adelgazar.

Se ha demostrado que con la pérdida de peso aumenta la sensibilidad a la insulina, disminuyen la tensión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y mejora la función vascular.

Sin embargo, no todos los antidiabéticos tienen un efecto reductor del peso.

La metformina es uno de los antidiabéticos más utilizados, cuyo efecto terapéutico aún no se conoce del todo.

Metformina a combatir la obesidad

Existen varias teorías sobre el efecto de la metformina en la pérdida de peso.

Al aumentar la sensibilidad a la insulina, la metformina reduce la frecuencia de las hipoglucemias postprandiales debidas al retraso en la secreción de insulina y al posterior pico de insulina en los diabéticos. Una hipoglucemia postprandial menos frecuente conduce a una menor apetencia de hidratos de carbono y a una menor frecuencia de comer en exceso, especialmente a expensas de los hidratos de carbono.

Además, la metformina reduce la producción de glucosa en el hígado al inhibir la gluconeogénesis. En los diabéticos, la gluconeogénesis en el hígado es por término medio cuatro veces mayor que en las personas sanas, y el tratamiento con metformina reduce la gluconeogénesis en un 30%.

La metformina también inhibe la absorción de glucosa en el tracto gastrointestinal.

Estos mecanismos reducen el suministro de glucosa para el almacenamiento de energía en el tejido adiposo. En contraste con las dietas hipocalóricas, la pérdida de peso con metformina se produce a expensas del tejido adiposo y no del músculo.

Al aumentar la sensibilidad a la insulina de los tejidos periféricos, la metformina reduce la secreción de insulina en el páncreas, lo que provoca una reducción de la exposición a la insulina en los receptores de insulina del tejido adiposo abdominal y de la captación de energía en el tejido adiposo abdominal.

La metformina también reduce el peso en pacientes con sobrepeso y niveles normales de glucosa en sangre.

Los estudios demuestran que la metformina conduce a la pérdida de apetito y también puede provocar factores anorexígenos.

Además, el tratamiento con metformina aumenta significativamente el nivel de péptido-1 similar al glucagón, que también contribuye a la pérdida de peso.

¿Qué muestran los resultados de los estudios?

En los estudios, el efecto de la pérdida de peso con metformina en monoterapia en comparación con placebo fue ligeramente significativo o más bien neutro en el primer año de tratamiento de la diabetes.

Sin embargo, cuando el tratamiento con metformina se compara con otros fármacos antidiabéticos que suelen provocar un aumento de peso, la diferencia de peso pasa a ser clínicamente significativa.

Una revisión de 14 ensayos aleatorizados en España de 2023 halló un aumento de peso medio de 4,8 kg en el grupo de sulfonilureas en comparación con los pacientes que recibían metformina.

También se observó que la diferencia entre los grupos aumentaba al aumentar la duración del tratamiento.

La duración de los estudios mostró que la diferencia de peso entre los grupos de metformina y sulfonilurea fue de 2,7 kg en 10 estudios de hasta 22 semanas de duración.

Además, se observó una pérdida de peso de 6,2 kg tras el cambio de sulfonilurea a metformina, mientras que no se observó ningún cambio de peso en los pacientes que siguieron siendo tratados con sulfonilurea.

Una comparación de los cambios de peso en los pacientes que recibieron metformina o trazadona también mostró una diferencia de peso significativa a favor de la metformina.

Conclusión: ¿Se puede curar la obesidad y perder peso en casa?

La mayoría de la gente cree erróneamente que la obesidad es sólo un problema estético.

La plenitud corporal excesiva es una afección peligrosa que puede tener consecuencias mortales y perjudiciales para la salud si no se trata a tiempo.

Las complicaciones típicas de la obesidad son la hipertensión arterial, los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia cardiaca y respiratoria crónica, la artrosis, la osteocondrosis y la diabetes.

La obesidad grave afecta a todos los órganos sin excepción y el riesgo de un desenlace fatal se multiplica.

Perder peso en casa

Si no existen contraindicaciones, debe iniciarse el tratamiento con metformina en todos los pacientes con diabetes de tipo 2 de primera aparición, independientemente del peso, los cambios en el estilo de vida y la dieta.

Si no existen contraindicaciones, se recomienda combinar el tratamiento con antidiabéticos orales en todas las fases del tratamiento con metformina.

Para evitar estos problemas, la toma de comprimidos de metformina para adelgazar debe combinarse con ejercicio moderado y una dieta sensata.

Esto es importante tanto durante la fase de pérdida de peso como después, para consolidar el resultado.